En el momento de llevar a cabo un óptimo asado y llevarse el aplauso de los comensales, es bueno tener algunas “estrategias” para elaborar todo, desde la carne, la ensalada, la picada y hasta el fuego.
Muchas ocasiones pensamos que con adquirir un increíble corte en la preferible carnicería vamos a tener la seguridad de que el asado va a ser un triunfo, no obstante, varios se llevan una sorpresa en el momento de comerlo. ¿A qué hay que esto? ¿Cómo tenemos la posibilidad de conseguir un exitoso asado?
El fuego
Una cuestión sustancial en el momento de prender el fuego es no usar nafta, kerosene, alcohol o algún otro combustible. Esto le quita lo criollo, lo gauchesco, lo clásico del ritual del asado y lo malo, le otorga un gusto desagradable a la carne.
Entonces, ¿cómo prender el fuego de manera correcta?
Hay cientos de formas y todas son admisibles, mientras que, evitemos contaminar la leña o el carbón con algún combustible.
Un procedimiento, si no poseemos leña:
Con hojas de períodico, hojas de algún árbol seco o cañas secas, algunas chamizas o ramitas secas chicas, iniciamos el fuego. Mientras va ardiendo añadimos carbón, primero los trozos más importantes. Cuando tengamos el carbón con brasas bien rojas, ya vamos a estar completados.
Si poseemos leña bastante superior, el gusto del asado va a ser exclusivo. Para prenderlo, siempre chamizas y leñas finas abajo, ubicamos arriba las más gruesas y dejamos hasta que se formen buenas brasas.
Es bueno tener una lata de dulce o alguna semejante de esas cilíndricas de 30 cm para usar de chimenea. De esta forma el humo se distribuye de manera correcta hacia arriba, el calor se nucléa de manera traje y una vez separado todo en un costado de la parrilla, tendremos la posibilidad de añadir más brasas.
La parrilla
Hay variedades de parrillas, las especiales son las llamadas achureras, con chicos rombos que nos aceptan cocinar toda clase de achuras, sin correr el compromiso de que se caigan. Lo sustancial es lo siguiente:
Limpieza:
¡Una parrilla sucia garantiza un asado con gusto feo! Por eso, la acercamos al fuego inicial o, cuando poseemos brasas, las ubicamos debajo de la parrilla para que se afloje la grasa de asados anteriores.
La refregamos con un papel hasta quitar todas las impurezas y de esta forma evadir “amargar” u “oscurecer” la carne. Otra forma de limpiar la parrilla es, en el momento que está ardiente, pasar una cebolla cortada en el medio y después repasar con papel de rollo de cocina.
Altura:
La altura es sustancial porque establece cuánto fuego o brasas gastaremos. Algo evidente, pero que varios no se dan cuenta: a más altura la parrilla más fuego requerirá, por lo cual deberemos ser precavidos y tener más brasas, pero si mantenemos una altura media (aprox. 15 cm) la proporción de brasas se achicará, por lo cual vamos a estar comentando de un ahorro de elementos y costos.
La carne
Cuando ya hemos elegido la carne, lo sustancial es la elaboración. Hay quienes le hechan la sal antes de cada asado y otros durante… Pienso que es una cuestión de deseos. Aunque, y esto es sustancial, salar el asado antes podría lograr que nos salga seco puesto que la carne se va deshidratando con la sal.
Me gusta porque dan buenos consejos